El martillo sin amo sólo puede explicarse por sí mismo en el preciso instante en que se pone en funcionamiento, por lo que constituye una pura experiencia de la que se deberá extraer una idea-teatro.
El martillo sin amo es un mecanismo teatral que no posee una narración previamente elaborada, sino la demarcación de un territorio donde se pone en acto una fuerza de representación para obtener un resultado automático.